La cumbre de los G-20 que se realizará este fin de semana en Osaka, Japón, parece que se convertirá más en una cita donde primarían las reuniones bilaterales y hasta trilaterales, las cuales se harán bajo un marco de amenazas tanto de un lado y como del otro, y donde las mismas decisiones que se tomen en la reunión de los 19 países que constituyen este ente multilateral, seguramente quedarán relegadas a un segundo orden.
Esa situación estará motivada primordialmente por el enfrentamiento o guerra comercial desatada entre los gobiernos de los poderosos Estados Unidos y China y que tienen en vilo a las demás naciones de la tierra, las cuales están pendientes sobre lo que acontezca con esta confrontación que hoy en día se cree que afectará a todas las economías del mundo, comenzando por el aspecto de la globalización, acción en el que los países desarrollados embarcaron y obligaron a vincularse y compartir esa política por parte de los estados económicamente más débiles.
Y es que esta guerra comercial tiene su origen primordial en la decisión del gobierno estadounidense de Donald Trump de no dejar desbancar a su país del monopolio y hegemonía que ha trazado e impuesto a las demás naciones durante el ultimo siglo, y por ello busca eliminar desde ya a su potencial rival que esta vez esta representado en China, no la comunista de décadas atrás, sino por una nación asiática que camina por el sendero del capitalismo no tan puro como si existe y que cada día se afianza más en el país de Norte América.
En diálogo con el Espacio Web (EW), el académico Bernardo Ruiz aseguró que ’China se ha destacado, sobre todo en el último período, frente a las amenazas del proteccionismo, por su libertad comercial y apertura económica’.
A pesar de esa postura cooperativa a nivel internacional, China enfrenta un conflicto comercial iniciado por Estados Unidos que tiene impacto negativo a nivel mundial, enfatizó el experto colombiano.
’Esperamos que esas fricciones puedan ser superadas por el bien de ambos países y del resto del mundo’, afirmó el analista y especialista en relaciones internacionales, Carlos Bernal.
Por ahora un mensaje esperanzador sale de parte del gobierno de Xi Jinping, quien a través de su viceministro de Comercio Wang Shouwen dijo en tono conciliador de que China aguarda a que los líderes del Grupo de los 20 países industrializados y emergentes (G20) respondan rechazando o colocando límites al creciente proteccionismo y las acciones unilaterales que derivan en una escalada de las tensiones comerciales a lo largo del mundo.
Qué es el G-20
El Grupo de los 20 es un foro cuyos miembros permanentes son 19 países de todos los continentes. Es el principal espacio de deliberación política y económica del mundo. En conjunto las entidades políticas representadas en el G20 reúnen el 66% de la población mundial y el 85% del producto bruto mundial.
Este grupo esta constituido por Alemania, Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Corea del Sur, Estados Unidos, Francia, India, Indonesia, Italia, Japón, México, Reino Unido, Rusia, Sudáfrica y Turquía.
Es por ello que el viceministro de Comercio chino al analizar lo que podría ser el resultado de la cumbre del G20 que deliberará entre el viernes y el sábado venideros en Osaka, Japón, se atrevió a decir que ’el G20 representa a las mayores economías del planeta y por tiene la obligación de impulsar medidas colectivas en apoyo al multilateralismo y el libre comercio’.
Wang Shouwen puntualizó, sin aludir directamente a Estados Unidos, que algunos países ’abusan de medidas proteccionistas e imponen aranceles a sus socios comerciales, creando un grave peligro para el comercio internacional, las inversiones y el crecimiento económico’.
Luego señaló que su país ’está dispuesto a cooperar con otros miembros del G-20 para que empresas e inversores de todos los países trabajen en un entorno transparente, libre, equitativo y estable’.
Desde el pasado mes de mayo los gobiernos de Estados Unidos y China, especialmente encabezado por el primero de ellos, se adentraron en una guerra comercial, la cual venían manejando desde medidos del 2018 pero que tomó impulso con la determinación de Trump de aumentar el nivel de aranceles a los productos chinos pasándolos del 10% al 25%, acción que a su vez China le respondió, sin tapujos ni temores, con una medida similar.
Qué es lo que busca Trump tras su lucha comercial con China: 1) reducir el tamaño del déficit comercial con China; 2) conseguir que China termine con la sobre-producción en sectores como aluminio, acero, cementos y vidrios; 3) proteger el empleo en sectores manufactureros sensibles; 4) frenar a China en la carrera tecnológica, 5) obligar a un mayor respeto de China por los derechos de propiedad intelectual; 6) abrir el mercado chino a los automóviles y servicios financieros norteamericanos; 7) conseguir que China abra su mercado de compras públicas empresas norteamericanas y 8) presionar para que las autoridades chinas no discriminen en contra de empresas extranjeras a través de regulaciones discriminatorias.
Sobre la reunión de Japón, el presidente chino señalo que con su par estadounidense decidió mantener ’profundos intercambios sobre relaciones bilaterales y temas de interés mutuo’ durante la próxima cumbre del G20 en Osaka, Japón, que se desarrollará a finales de junio, según el Ministerio de Relaciones Exteriores de China.
Xi Jinping dijo: ’las relaciones entre China y Estados Unidos han experimentado algunas dificultades recientemente, lo que no beneficia a ninguna de las partes. Cuando China y Estados Unidos cooperan, ambas se benefician; cuando pelean, ambas se perjudican. Ambas partes deben promover las relaciones bilaterales, coordinadas, cooperativas y estables basadas en nuestro consenso alcanzado previamente, así como en la base del respeto mutuo y los beneficios mutuos’.
’Como las dos economías más grandes del mundo, China y Estados Unidos deben desempeñar funciones de liderazgo en la promoción de resultados positivos de la cumbre del G20 en Osaka, e inyectar confianza y vitalidad en los mercados globales. Estoy dispuesto a reunirme con el señor presidente durante la cumbre del G20 en Osaka e intercambiar puntos de vista sobre temas fundamentales relacionados con las relaciones China-Estados Unidos’, dijo Xi Jinping
En un comunicado, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Japón, MOFA, dijo que Trump invitó a Xi a mantener la conversación. Fue la primera confirmación oficial de la reunión de Xi-Trump por parte del gobierno chino en medio de las continuas tensiones comerciales entre las dos economías más grandes del mundo.
El no hacer caso a este libreto ha llevado al gobierno de Trump a afirmar –sin argumentos valederos- que la contraparte o ’adversario’, tiene cuyo fin ‘debilitar’ a Estados Unidos, agrediéndolos económicamente y con ello violando su seguridad nacional
Con este tipo de mensaje y que algunos dentro de su país, incluso, lo califican de populista, Trump salga a decir que ni los acuerdos internacionales, ni los pactos multilateral puedan establecer obligaciones comerciales que no hayan sido aprobadas por el Congreso o la Casa Blanca.
Para algunos analistas internacionales, con ello lo que el gobernante estadounidense busca es que exista un comercio internacional sin reglas para que su país no quede sujeto a ninguna norma internacional. Es decir que se trataría de un mundo donde las relaciones serían estrictamente bilaterales, es decir, donde Estados Unidos saque el máximo provecho de su mayor poder relativo en negociaciones desniveladas, donde primaría el poder del más fuerte.
El conflicto comercial iniciado por Estados Unidos contra China afecta de manera negativa a la economía global, coincidieron en advertir expertos colombianos.