El mundo observa con suprema ansiedad y muy preocupado el desarrollo del enfrentamiento que mantienen Estados Unidos, Arabia Saudita e Irán y donde las acusaciones de uno y otro lado van y vienen provocando que a cada instante cambie el panorama sobre cuál es el verdadero o los verdaderos responsables que la crisis en hoy se mueve el Golfo Pérsico.
En una acción reciente el Ministerio de Defensa de Arabia Saudita presentó lo que considera y cataloga como la verdadera evidencia de que el ataque contra la infraestructura petrolera de su país llevado a cabo el pasado 14 de septiembre provino desde Irán.
Para ello, funcionarios de dicho ministerio parte de los misiles y drones que fueron usados en dicho atentado. Explicaron que por la dirección que recorrió el armamento usado descarta el hecho que el mismo se haya lanzado desde Yemén y por el contrario apunta a que su origen sea Irán, denuncia que niega el gobierno de Teherán.
Los representantes del Ministerio de Defensa saudí explicaron que el ataque incluyó el uso de 18 drones y 7 misiles
"El ataque fue lanzado desde el norte e incuestionablemente fue responsabilidad de Irán", aseguró el vocero del ministerio de Defensa, Turki Al Maliki, quien mostró restos de drones y misiles que presuntamente fueron recogidos por los servicios de investigación saudita.
El mismo día del ataque contra la infraestructura petrolera de Arabia Saudita, voceros del rebelde grupo hutíes de Yemén, respaldados por Irán, habían dicho que estaban detrás del ataque.
’Estamos investigando para conocer la localización exacta de los puntos de despegue’, agregó Al Maliki.
Entre tanto, en un mensaje tranquilizador, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump aseguró recientemente que aunque su gobierno no quiere guerra con el país islámico, la nación si se encuentra ’preparada’ para hacer frente a un eventual conflicto con Irán.
Los tambores de guerra entre Estados Unidos e Irán comenzaron a sonar en mayo pasado cuando el poderoso país norteamericano dejó culminar las exenciones que permitían a ocho gobiernos comprar petróleo iraní, principal producto de exportación de esa nación islámica.
Se supo que para esa entonces el objetivo de la administración Trump es el de reducir a cero las exportaciones de petróleo de Irán, que representan casi la mitad de las ventas del país al exterior, acción con la que convierte casi en caótica a la economía iraní, la cual ya entró en una recesión por las sanciones aplicadas por Estados Unidos.
Ello se ratifica con el pronóstico del Fondo Monetario Internacional el cual dijo que la economía de dicho país islámico registró una contracción de 6% este año después de 4% el año pasado. Es claro que ese fenómeno financiero se constituye en una acción de vergüenza para el presidente Hassan Rouhani, quien defendió el acuerdo nuclear como una forma de poner fin al aislamiento de Irán y reactivar su economía.
Las sanciones estadounidenses se adoptaron por la preocupación que existe dentro del gobierno de Trump por que el gobierno de Teherán seguía adelante en su proceso de desarrollando una bomba atómica, acción que ha negado constantemente Rouhani.
El pasado 14 de septiembre el nivel de confrontación aumentó tras el ataque con drones al complejo petrolero de Arabia Saudita, aliado de Estados Unidos y que llevó a que esa nación ubicada en el Golfo Pérsico y que es la principal proveedora mundial de crudo y gas disminuyera a la mitad su actividad productora.